¡Qué poco nos enseñan sobre la felicidad cuando somos pequeños!, ¿verdad? Al menos yo no recuerdo a nadie hablándome de emociones positivas, ni de bienestar, ni de felicidad… he tenido que descubrirlo por mí misma muchos años después.
Afortunadamente estos términos están cada vez más presentes en nuestra vida… Pero ¡queda mucho por hacer! Y para aportar mi granito de arena y con mi pasión y vocación surge esta iniciativa que me hace especial ilusión porque no conozco ningún otro proyecto que se dedique a… la escuela de palabras felices.
Sí, porque al igual que nos enseñan a sumar y a restar, geografía, historia, idiomas, música… ¡qué importante es que alguien nos hable de las cosas que nos hacen felices! Y una de esas “cosas” son las palabras. Identificar y reflexionar sobre las palabras felices nos enfocará en utilizar dichas palabras para generar emociones positivas. Aprovecharemos también para reflexionar sobre las emociones positivas y el concepto de felicidad, que no se suele trabajar en los colegios y que tan importante es para alcanzar bienestar.
¿Quieres saber más sobre este taller?
Es una propuesta educativa pionera y novedosa, que brinda a los niños instrumentos sencillos para hacerse preguntas acerca de las palabras y descubrir el efecto que tienen las palabras en sus pensamientos y sentimientos, así como a comunicarse consigo mismo y con los demás de una manera respetuosa, empática y asertiva.
Son las palabras de alta activación, aquellas que, simplemente con escucharlas o pronunciarlas nos proporcionan energía y nos activan. Son motor, energía, dan alas, infunden confianza, impulsan sueños. También ayudan a construir la autoestima de los más pequeños.
Te animo a buscar en Google “palabras felices” o “escuela de palabras felices” y te adelanto que ¡no encontrarás absolutamente nada! (Al menos hasta hoy)
No hay duda de que todos los padres desean que sus hijos sean felices, pero ¿prestan atención al efecto que tienen en el bienestar las palabras que utilizan? Nadie les ha enseñado a hacerlo.
Dicen que cada niño debería llevar un cartel que pusiera: Tratar con cuidado, contiene sueños.
Y las palabras ayudan a proteger sueños, proteger a los niños.
Es más fácil construir niños fuertes que reparar adultos rotos.
Frederick Douglas (Orador y político estadounidense, 1818-1895)